Una isla desierta

Algún día nos pediremos perdón?
¿Perdonaremos a aquellos quienes nos rompieron el corazón?
¿A quienes nos abandonaron? ¿O nos cerraron las puertas? ¿Alguna vez pediremos perdón a quien herimos por vanidad, por lujuria, envidia o avaricia?
Cuántos más hemos de aplastar con nuestra máscara de suficiencia?
¿Qué es la distancia si no una pausa gigantesca entre dos almas que no terminaron de decirse la última palabra?
¿Acaso existe una última palabra?
O es aquella que constantemente repiquetea en las noches de mayo.
Todo lo que no se dijo.
Lo que pudo decirse y no se quiso.
Lo que se dijo aún sin querer decirlo.
Al final el perdón seguirá siendo una isla desierta sin desembarcos.
Imagen: La sirena y el pescador.
Knut Ekwall
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